¿Trabajas desde casa? ¿Has sentido últimamente agotamiento físico, fastidio, irritabilidad, dolores de cabeza, cansancio ocular, gastritis, elevación de la presión arterial y hastío?
O tal vez solo has observado cómo algunos de tus trabajadores disminuyen su productividad y expresan agotamiento.
La razón puede estar en una condición muy nueva llamada Fatiga Virtual o Fatiga por Zoom. Conoce de qué se trata, cuáles son sus causas y cómo combatirla.
¿Qué es la Fatiga Virtual o Fatiga Zoom?
Es un estado anímico y físico causado por alta exposición a los entornos virtuales bien sea por motivos personales, laborales o académicos.
El nombre de Zoom, es solo una acepción que se ha generalizado debido al incremento en el uso de esta herramienta en el último año, como apoyo a tales contextos.
La causa está en el uso continuado de herramientas y pantallas digitales en general, no solo como consecuencia del uso de dicha aplicación. aunque las videoconferencias han sido las más estudiadas en el último año.
Los síntomas más comunes son agobio, dolores de cabeza, molestia ocular, fastidio, dificultad para concentrarse, ansiedad y hasta depresión, aunque existen muchos más.
Lo cierto es que este estilo de vida llegó para quedarse, pero afecta de forma considerable el estado de las personas y su productividad. Algunos estudios revelan que las mujeres experimentan en promedio un 13,8% más de fatiga por Zoom que los hombres.
Pero veamos en líneas generales cuáles son las causas.
Principales Causas de la Fatiga por Zoom o Fatiga Virtual
Según un estudio de la Universidad de Standford, las plataformas de videochat tienen diseños que agotan la mente y el cuerpo de los humanos. Y esto no es todo, pues el hecho de que existan muchas personas conectadas al mismo tiempo, produce mayor nivel de agotamiento.
Existen factores que son los principales responsables de que el nivel de agotamiento físico y mental se eleve a usar las aplicaciones virtuales, y estas son:
1.- Intenso Contacto Visual
Cuando una persona participa en una reunión típica, lo normal es que observe de manera exclusiva a quien tomó la palabra en ese momento y luego, se puede alternar escribiendo algunas notas mientras se continúa con la escucha.
Sin embargo, gracias al diseño de las aplicaciones de videoconferencias, todos miran a todos, desde el inicio hasta el fin. Esto hace que el contacto visual sea exagerado con respecto a la cantidad a la que estamos todos habituados.
Pero además, debido a que tienes la pantalla activa de forma permanente, aunque no tengas la palabra, puedes sufrir de ansiedad por miedo escénico.
Y si le agregas que te conectas con equipos que tienen pantallas en las que los rostros se ven de mayor tamaño, te proporcionará un aumento de los niveles de estrés.
Esto se debe a que estas simulan que la persona se encuentra físicamente más cerca, por lo que supondría una invasión a ese espacio personal o íntimo que se utiliza comúnmente con fines de apareamiento o para el conflicto.
La incomodidad puede ser alta cuando se trata de compañeros de trabajo, y puede ser aún mayor cuando estas videoconferencias se realizan con clientes y desconocidos. Y si la exposición tiene una duración de horas, el agotamiento se incrementará.
2.- Verse a Sí Mismo por Mucho Tiempo
Durante una conversación o reunión, lo normal es ver a la cara a las demás personas. Pero, en una videoconferencia se muestra un recuadro en el que puedes ver tus movimientos mientras participas o tomas la palabra.
Para algunas personas, mirarse en el espejo puede ser estresante. Ahora bien, los especialistas destacan que permanecer en videoconferencia viéndose a sí mismo, es tanto como observar su reflejo en el espejo durante el mismo período.
3.- Reducción de la Movilidad
En una conversación típica o en una llamada telefónica existe la posibilidad de que te movilices como desees. Pero, las cámaras utilizadas durante las videoconferencias tienen un campo visual limitado que provoca que exista una importante reducción de la movilidad.
Pero además, si consideras que al salir del campo visual de estas cámaras se crea incomodidad en las otras personas porque puede ser considerado como una falta de atención o de interés, el estrés es aún peor.
Algunos expertos indican que la capacidad de concentración de una persona se reduce a tan solo 25 minutos. Luego de ese tiempo, es normal o natural que la mente empiece a inquietarse y que opte por buscar otros tipos de estímulos.
Ese es justo el momento en el que se puede observar con mayor precisión el agotamiento de la actividad virtual.
4.- Mayor Esfuerzo del Cerebro
En las formas de comunicación habitual, la expresión no verbal conlleva una carga importante de información que el cerebro puede procesar de forma natural según sus propios filtros psicológicos.
Pero, durante la comunicación virtual se reduce la posibilidad de comprensión de ciertos gestos. Esto requiere del interlocutor una carga mayor de energía cognitiva y física para exagerar gestos y acciones que complementen el mensaje que desea hacer llegar.
Por otra parte, también puede provocar que exista una mala interpretación, lo que va a requerir del cerebro mayor capacidad para reinterpretar el gesto y puede incidir en el estado anímico del resto de los participantes.
Si cuando te encuentras frente a una pantalla, tienes activos otros dispositivos como teléfonos móviles, televisores, relojes inteligentes, entre otros, esto representa una sobreexposición a estímulos que requieren de mayor actividad cerebral y desencadenará en un incremento de la fatiga en menos tiempo.
5.- Otras Causas
Desde el punto de vista físico, existen otras causas como las posturas que se asumen durante este tipo de actividad que pueden generar dolores en cuello, espalda, cintura, manos e incluso en los pies.
También existe el alto grado de exposición a la luz azul que es emanada de este tipo de dispositivos que pueden provocar migrañas y daño ocular. Los niveles de estrés también desencadenan otro tipo de afecciones como aumento de la tensión arterial, gastritis, dolor en el cuerpo y mucho más.
¿Cómo Combatir la Fatiga Virtual o Fatiga Zoom?
Los especialistas recomiendan algunas acciones para disminuir los efectos físicos y psicológicos que proporciona esta actividad virtual. Algunos de ellos son:
En términos generales:
- Toma muchos descansos, hidrátate, párate y camina para relajarte.
- En los descansos, busca observar la naturaleza, pues el color verde ayuda a que el cerebro se refresque y haga una pausa.
- Cuando te encuentres frente del computador, apaga o pon en silencio otros dispositivos.
- Aumenta la frecuencia de parpadeo, ya que cuando se está ante este tipo de luz azul se disminuye esta actividad y esto produce que se reseque el ojo, lo que causa cansancio ocular y además es el origen de muchas migrañas.
- Medita o incorpora rutinas de respiración profunda para relajar un poco el cuerpo.
- No dejes de hacer ejercicios, para bajar los niveles de cortisol.
Durante las videoconferencias:
- No utilices pantalla completa. Disminuye el tamaño de la ventana para ver las imágenes de todos más pequeñas.
- Oculta la visión de la imagen propia en la aplicación que estés utilizando.
- Aleja un poco la cámara de tu rostro, para que tengas mayor espacio de movilización que permita pararse o caminar sin afectar la comunicación.
- Apaga el video de vez en cuando, para bajar la ansiedad y el estrés.
Conclusiones
La Fatiga Virtual o Fatiga por Zoom es una afección que produce serios efectos físicos y psicológicos en las personas, debido al uso de las pantallas digitales. Esto se acentúa aún más con el uso de aplicaciones para videoconferencias.
Entre las causas principales se encuentran:
- El intenso contacto visual al que el cerebro no está habituado.
- Sensación de reducción del espacio íntimo.
- Disminución de la movilización libre por muchas horas.
- Mayor esfuerzo y posibilidad de saturación del cerebro.
- Aumento de la exposición a la luz azul, malas posturas y otros agentes de estrés.
Para combatirla es necesario hacer muchos descansos, pararse y moverse durante las actividades, hidratarse, observar la naturaleza, hacer ejercicios y meditar.
También, durante las videoconferencias disminuir las ventanas, ocultar la imagen propia, alejar la cámara y apagar el video cada intervalos.
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